viernes, 16 de noviembre de 2012

Destiny.



Título: Destiny.
Autor: Eunkyo
Pareja: YooSu
Género: Slash, Romance.
Extensión: One-Shot

Junsu lloraba desconsoladamente frente al sepulcro de sus padres, habían fallecido hace ya un año en un accidente automovilístico; pero el pequeño Kim se negaba a aceptar la gran perdida. Cada día iba al cementerio, les llevaba flores nuevas y le era inevitable el derramar lágrimas, él se sentía culpable de semejante tragedia. 


Kim Junsu y Kim JunHo, eran hermanos gemelos y ambos habían quedado bajo el cuidado de sus tíos. 
Su comportamiento cambio drásticamente, antes era un chico alegre e hiperactivo, que le gustaba salir y jugar futbol con sus amigos; ahora se comportaba de una manera sobria y un tanto amargada. JunHo no estaba mejor, pero intentaba salir y recuperarse de la perdida, porque él era consciente que era lo que sus padres querían. 


Apoyaba a Junsu y lo motivaba a que siguiera en el equipo de soccer, aunque no lo quiso así.
Kim Junsu encontró un nuevo refugio en la biblioteca; comenzó a ir todos los días después de clases. Y esa tarde lluviosa conoció a un chico que le cambiaria su suerte. 

El chico de profundos ojos negros lo miro momentáneamente, dejando a Junsu hipnotizado con la perfección que su rostro mostraba.  Los ojos oscuros como una noche sin estrella alguna, los labios gruesos y rojos – tan apetecibles  que se mostraban, que él mismo relamió los suyos sin ser consciente de ello –, la clara y sincera sonrisa esbozada en el instante en que sus miradas se cruzaran. Junsu quería saber su nombre, quería saber sobre él.   

No volvió a verlo, sino un mes después, un martes exactamente un mes después. Se encontraba leyendo distraídamente, porque estaba al pendiente de si arribaba el susodicho. Lo vio pasar el umbral de la puerta y su corazón se acelero, de tal manera que pensó que podría morir ahí mismo. El joven se dirigió con la señorita que registraba todo, entregándole un par de libros y pidiendo otros más para leer ahí.  
Lo miro desde su lugar, prestándole atención a cada movimiento que hacía. “Aquí tiene joven Park” escucho decir a la bibliotecaria en apenas un susurro… “Joven Park” comenzó a sonar en su cabeza, retumbando casi tan fuerte como los latidos presurosos de su corazón.

Park se ubico justo en frente de la mesa donde Kim fingía leer; y dejo de respirar por un instante, la brisa entro y llego a Junsu el grato olor del perfume del pelinegro, que estaba justo frente a él. Regreso en sí, cuando sintió su mirada puesta sobre él.
Pasaban los días y seguía observándolo desde el que se hizo su lugar favorito de la biblioteca. Iba cada fin de semana, a visitar el sepulcro de sus padres,  ya no lloraba igual, ahora sonreía con una paz que lo embargaba sin saber el lugar de su procedencia. Les contaba sobre Park, sobre sus ganas de hablar con él, de conocerlo.

JunHo noto el cambio y se entero de la existencia del pelinegro también;   le agradeció a sus padres por enviarle ese ‘ángel’ que lo hizo volver a sonreír. 

Paso otros dos meses, cuando por fin Junsu había acumulado la fuerza necesaria para abordarlo; pero fue Park quien dio el primer paso aquel martes de diciembre, los primeros fríos ya habían hecho presencia y ambos sonrieron al cruzar miradas a la llegada de Kim, quien se sorprendió de encontrarlo en su lugar de planta.      

Se acerco con un nerviosismo que le hacía que temblaran sus rodillas; estaba decidido a hablarle y oyó su voz profunda y grave, hablarle: “Hola…” sonrió con calidez y Junsu se sintió desfallecer. “Hola, soy…” y no pudo terminar porque fue interrumpido por el pelinegro: “Junsu, no es así?” asintió sonrojándose ligeramente. “Tu nombre es..?” le pregunto con ese dejo de timidez en la voz. “Park Yoochun, mucho gusto” e hizo una pequeña venia  con la cabeza. El castaño sonrió ampliamente y de igual manera hizo una corta venia. “Puedo sentarme aquí?” cuestiono dudoso. “Claro, y dime que es lo que haces siempre aquí, en lugar de salir?” Junsu se acomodo a su lado, e intento explicar su situación.

Nunca pensó que Yoochun  se convertiría alguien con el que pudiese volver a reír como lo hacía tiempo atrás, se volvió algo incontrolable el deseo de estar a su lado. Siempre se veían en la biblioteca y de ahí partían a otro sitio para tener una especie de cita… en ocasiones era el pelinegro quien iba por Junsu a su escuela, para ir a comer o llevarlo a casa.
Conoció a JunHo y hablo con él sobre Junsu, el gemelo Kim, sabía que existía algo entre ellos, aunque tal vez no fueran muy conscientes de ello.  Pero quiso saberlo y se lo pregunto sin rodeos, “Yoochun, te gusta mi hermano, verdad?” el pelinegro se atraganto con el trago de refresco que tenia, sonrió nervioso y sintió su rostro enrojecer cono hacia tiempo no pasaba. 


“Ejemm, pues seré sincero contigo, si me gusta y hare todo lo posible porque él sea feliz” Fue sincero y no mentía en nada, lo quería de verdad, lo quería para estar a su lado para toda la vida.  
“Me alegro de que Junsu tenga alguien en su vida, alguien que lo ha hecho volver a sonreír, confió en ti, eres alguien que se ha ganado mi confianza y la de mis tíos” JunHo se avergonzó, pues se estaba comportando como un padre sobreprotector, pero no podía evitarlo, para él el castaño era su pequeño hermano, aunque tan solo por un par de minutos. Yoochun había logrado sonreír ante tales palabras, comprendía el porqué se comportaba así, el hubiese hecho lo mismo si hubiera pasado por algo tan difícil. Yoochun mismo lo hubiese hecho con Yoohwan, su hermano menor… y lo hará el día que lleve a alguien. 



“Pero no sé, si  a Junsu le guste, tú qué crees?” le pregunto pues quería saber si el castaño le habría comentado algo.
“La verdad, no te diré lo que me ha dicho… pero sé que tienes ya un lugar en su corazón, solo no quiero que lo dañes, de acuerdo?” dijo en tono serio, y el pelinegro supo que nunca lo haría y se lo hizo saber: “Yo no pienso dañarlo, es alguien que llego a mi vida para hacerme y hacerlo feliz” respondió seguro de lo que sentía por el castaño.


El tiempo siguió su curso, como el rio que no detiene el paso de sus aguas; ambos chicos pasaban todo el día juntos, porque Junsu había salido de vacaciones en el colegio… y Yoochun por su parte de la universidad; así que como si estuviera todo planeado por el destino, se encontraban en el pequeño café, al cual acostumbraban ir, casi a diario.  Camino a él, ambos podían escuchar sus corazones latir intensamente, todo estaba predispuesto…ambos lo sabían y lo negaban aun. 

Tomaron asiento, uno junto al otro, mirándose fijamente por unos segundos…. Como aquella vez primera, aquella que basto para saber que se amarían aun sin conocer sus nombres…. Sus rostros se tiñeron de carmesí y desviaron la mirada. Ordenaron sus bebidas calientes, pues el clima tan frio, no dejaba para beber otra cosa. El silencio no era nada incomodo, todo lo contrario parecía unirlos más, acercarlos, se hablaban a través de él. El pelinegro suspiro, ese suspiro basto para acelerar el ritmo cardiaco del castaño. “Junsu-ah,  desde la primera vez que te vi, lo supe, mis pasos me llevaron a ti; todo en ti me atrajo aun sin saber tu nombre, aun sin conocerte comencé a amarte…  es como si, el destino lo tuviera contemplado desde que naciéramos, unir nuestras vidas en el tiempo en que más necesitábamos de alguien. Te amo Junsu-ah… y nunca me había sentido así, nunca en la vida había querido a alguien, había necesitado de una persona para respirar, para vivir… te convertiste en mi vida, tienes mi corazón y no podría seguir aquí sin ti…” Junsu miraba anonado y con un tremendo sonrojo en su bello rostro, lo amaba de igual manera…. Y solo conseguía memorizar cada palabra, cada gesto que el pelinegro hacia. Quería conservarlos para siempre en su mente… “Kim Junsu, quiero pedirte que seas mi novio, el dueño de este amor, el único que en mi vida amare… aceptas?”  Termino de hablar, ansioso por la repuesta del castaño, que no llegaba rápidamente… entro en shock cuando sintió la tibieza y calidez de esos labios de azúcar hacer presión en los propios. Sus brazos rodeando el cuello de Yoochun, los del pelinegro se movieron con torpeza y rodearon la exquisita cintura de su ahora novio. Respondió a ese beso, con parsimonia, con todo ese amor que tenia para darle, rompieron el beso cuando necesitaron tomar oxigeno para seguir viviendo. Pero el oxigeno que necesitaban, era la existencia del otro. “Yoochun-ah, y-yo te he pensado de un modo inconfesable, de una manera inexplicable, de una forma inusual, te pienso con la incoherencia de mi pensamiento, con las conspiración de mi conciencia, te pienso con mis distintos estados de ánimo, que son bastantes, te pienso planeada e improvisadamente, te pienso con tu ausencia y presencia, te pienso con argumentos y sin ellos, te pienso sin razones ni fundamentos, te pienso involuntariamente, por impulso, inconsecuencia, por deseo, y por no desearlo también, ilógica y desenfrenadamente te pienso. Te pienso sin importarme un por qué, te pienso con lo mejor y peor de mi, te pienso sin tiempos ni limites, te pienso sin cuestionármelo, te pienso aún cuando digo que no lo hago, te pienso cuando olvido la razón para pensar en ti...y Te amo, te amo porque sé que esto estaba escrito desde antes, porque he esperado por ti…por este amor, que nos  invade desde las entrañas… que nos llena y nos gratifica la vida…que nos hizo volver a sonreír a ambos…llegaste cuando más te necesitaba, cuando caía en un mundo gris…llegaste y lo iluminaste todo, te amo, no solo hoy, sino para siempre, Park Yoochun”

Ambos se contemplaron nuevamente a los ojos, fijamente, con todo el amor que guardaban ya declarado, con ternura infinita y comenzaron un nuevo ciclo en esa vida, que el destino ya había escrito que pese a las pérdidas que tuviesen, iban a lograr encontrar la felicidad en el momento en que menos pensaron…en el día cualquiera que ninguno de los dos, sabía lo que significaría estar ahí. 

Fin C:

domingo, 4 de noviembre de 2012

On the line


Título: On the line.
Autor: EunKyo
Pareja: YooSu
Género: Slash, Lime
Extensión: One-Shot



Ambos tenían sus agendas saturadas, sin embargo no eran conscientes de que aquel día tan especial para ellos, estarían distanciados por kilómetros. Yoochun iría a un FanMeeting en Tailandia y Junsu por su parte estaría en Japón ultimando detalles de la canción que interpretaría para un drama próximo a salir.

El día esperado por ambos llego y para Yoochun no fue posible concebir la idea de estar separado de su delfín. Lo mismo fue para Junsu, que estaba desesperado por que llegara el día de regreso  a Corea, para ver a su ratón pervertido.

Una idea cruzo por la pervertida mente de Park. Nunca antes lo habían intentado, “siempre existe una primera no?” murmuro para sí meditabundo, caminando por  su amplia habitación de hotel.  Llamo a Su, sin obtener respuesta, al recostarse en esa enorme cama, fue inevitable el desear tener al castaño justo a su lado, para amarlo, por toda la noche, susurrándole un Te amo más en su vida.

Volvió a llamar ansioso por que contestara… “Vamos baby, contesta”. El castaño respondió con voz emocionada… “Chunnie~”; el pelinegro sonrió al otro lado de la línea. 
“Baby!, que haces?” pregunto con toque inocente, pero Su lo conocía bastante y sabia que había algo oculto tras esas palabras. 
“Nada Chun, estaba tomando una ducha, a ti como te fue?”
“Bastante bien, es bueno ver a las fans, son sorprendentes, hubo un leve si por parte de Junsu, Baby quiero tenerte aquí, conmigo”
“Yo también quiero estar contigo Chun…” Junsu que estaba más rojo que un tomate, por todos los pensamientos que se arremolinaban en su cabeza, todas subidas de tono, pero ninguna llego a ser expresada. 
“Junsu-ah, sabes? He estado pensado… y no te gustaría complacerme y probar algo nuevo?” comento con un tono más pícaro en la voz. 
“Complacerte? Nuevo? … y que cosa es Chun?”  Pregunto inocentemente Kim, aunque se podía imaginar por donde es que iban los pensamientos de Park. 
“No es nada malo… tan solo quiero que intentemos algo”.  Yoochun sonreía mientras su temperatura corporal aumentaba al imaginar el rostro sonrojado de Junsu.
“Dime que es, Chunnie?” Chillo el castaño desde el otro lado del teléfono. 
“Tan solo, quiero que juguemos un rato, ya que no estamos juntos, baby, solo eso, se que también quieres, te conozco perfectamente Junsu-ah…” La entonación de la voz de Park cambio a un tono seductor y profundo;  porque él sabía que al castaño le excitaba que le hablara con ese tono.  
“Y… como es que jugaremos, ratón pervertido?”  Junsu comenzaba a entender a donde quería llevar la “conversación” y la idea le encanto, porque él nunca se atrevería a eso.
“Baby…anhelo tanto el acariciar tu piel, probar de tus labios carnosos y suaves, marcar cada palmo de ti, recordarte que soy tuyo…” Junsu jadeo y Chun sonrió  libidinosamente, sintiéndose victorioso. “De hmm sentir tus manos  en mi, quiero escuchar tus jadeos y gemidos en mi oído”
“Ohh Chun…hmm yo también quiero sentirte en mi, mi cuerpo te necesita, yo te necesito” Y era verdad que lo necesitaba, su cuerpo había respondido a las palabras de su novio, a esos jadeos que soltó a través del teléfono.

Su cuerpo había caído en la trampa del pelinegro. El deseo embargo a ambos chicos por completo, sin ser plenamente conscientes fueron quitando sus prendas, en el intercambio de palabras insinuantes que llevaban a cabo; Yoochun fue el primero en comenzar a masajear su extensión, que se encontraba tan necesitada de atención, que al sentir ese toque que aunque suyo, su mente y cuerpo inmersos en ese juego erótico, lo hizo pensar que era el castaño quien jugaba con su miembro; y de su garganta salían esos roncos gemidos que encendieron otro poco más a Kim en Japón. “Ohh así Junsu-ah” el castaño con ligeros toques acariciaba su miembro, gimiendo agudo en el móvil; nunca se había imaginado que sería así de bueno el caer en un juego como aquel. “Yoochunnh” gimió alto mientras dejaba caer el  móvil en la cama, poniéndolo en altavoz como Dios le dio a entender,  se sentía enfebrecido a tal modo, que necesitaba más que solo masturbarse, su mano fue directamente a su pasaje, acariciándola suavemente… “Ohh Chunnieeh, te necesito tanto…”.  El pelinegro bajo la velocidad de su mano, para no terminar antes, pues los gemidos de Junsu, solo aumentaban, “Te gusta baby?” pregunto jadeante al comprender el porqué de los gemidos de Su.  
“Chunn sol me hmm torturas...”  Fue la respuesta del castaño, mientras introducía el primer digito en él. Yoochun jadeo al escuchar ese gemido con un tinte de incomodidad y su sexo pulso ansioso… por algo que no tendría en ese instante. “Hmm tranquilo babe, pasara en un momento” atino a susurrar roncamente. Junsu  seguía sumergido auto complaciéndose, introdujo un segundo y sus gemidos fueron de nueva cuenta bañados de placer puro, al sentir como entraban y salían de él, introdujo un tercer digito y comenzó a auto-embestirse, torturando ahora él a Park, por no ser él quien esté dentro de un intimidad arremetiendo contra sus caderas, sintiendo esa presión en su sexo hinchado.
“Junsu-ahh eres tan estrecho, baby hmm” decía entrecortadamente, mientras ejercía mayor presión en su sexo, pero nunca sería como la estrechez del castaño, Junsu perdido en el goce, solo jadeaba, gemía y balbuceaba cosas que Yoochun no lograba entender del todo; sus dígitos entraban y salían de él con mayor rapidez y su otra mano vagaba por su torso. Dando leves pellizcos en sus pezones, para aumentar ese éxtasis en el que estaba; tocando su pecho, bajando por él hasta llegar a su sexo que hinchado y necesitado de atención, dejaba salir pequeñas gotas de presemen. Con los sonidos guturales de Chunn, Junsu alcanzo a ver estrellas por toda la habitación, teniendo un orgasmo como ningún otro. “Yoochunhnm!”  Se corrió salpicando su vientre con su esencia, al tiempo en que Park en Tailandia, se corría a borbotones en las sabanas de esa enorme cama, dejándose caen en ella boca abajo y jadeante... “Te amo-oh Junsu-ah, TE AMO DEMASIADO!”. Park escucho la peculiar risa de su delfín, antes de escuchar: “Te amo aunque seas un pervertido, Park Yoochun!”.

El rostro del pelinegro se vio iluminado por una gran sonrisa ocasionada por las palabras de su amado. “Pero, si te encanto el juego baby, no lo puedes negar” Respondió con un tono cínico. 
“A-ah pu-pues…” El tartamudeo de Kim, solo sirvió para que Park supiera que estaba avergonzado. “Te amo baby, aunque te creas inocente” Dicho esto, soltó una carcajada, solo para hacer sentir peor a Junsu. 
“Ya, me iré a duchar…de nuevo…bye” 
“Solo espera cuando lleguemos a Corea…no te me escaparas Baby!” Dijo como advertencia, una advertencia que a Junsu hizo ansiar el momento de regreso a casa. 

Fin.