domingo, 21 de julio de 2013

Hard to love.

Título: Hard to love.
Autor: EunKyo
Pareja: YooSu
Género:  drama, psycho(?
Extensión: One-Shot
Nota: Un poco de ChunJae, solo al comienzo. 



Junsu los miraba desde un lugar alejado. Miraba con envidia esa felicidad en el rostro de ambos; esa felicidad que el mayor le ofrecía a su amor, a ese quien debería estar con él ahora mismo. 

Llevaba cerca de 3 meses planeándolo todo. Yoochun seria para él, de cualquier manera. No cruzaba otra idea –más que esa- por la cabeza de Junsu.

***

Para JaeJoong y Yoochun era como cualquier otro día… hermoso por el simple hecho de estar juntos; ambos salieron a una cita. Unieron sus labios en un beso corto lleno de amor, entrelazaron sus manos y caminaron tranquilamente.

El destino tenía todo planeado, el destino que Junsu se encargara de crear. Basto solo un momento para acabar con la vida de alguien. Bastaron solo unos segundos para terminar una ilusión.

Junsu presiono el gatillo, que apuntaba directamente a JaeJoong. Las balas viajaron rápidamente, incrustándose en el pecho del chico.
Yoochun se quedo paralizado, mirando por última vez esos ojos oscuros aun con vida. Mirando la belleza de quien fuera su amor.

Cuando salió de ese estupor, se arrodillo justo al cadáver del rubio. Gritaba, lloraba y pedía auxilio, una ayuda que  sería inútil. La vida se había evaporado de ese ser lleno de belleza.  
Junsu sonrió satisfecho y huyo del lugar. Nunca sabrían que fue él. Quien podría declarar… nadie lo vio. Nunca nadie supo de él. 

Y ahora sería su momento, el momento en que tendrá a Yoochun para él, exclusivamente para él. El brillo malicioso cruzo nuevamente en sus ojos caramelo. 

Arranco el coche, mirando por última vez la escena de un Yoochun destrozado, por la repentina perdida de su pareja. Llego a su hogar,  riendo malvadamente al ver todas esas fotografías de Yoochun y las de ambos chicos. Tacho en su lista el nombre de JaeJoong. “Listo, ahora nadie podrá quitarme a mi Yoochunnie, él es solo mío, de nadie más”  Guardo su arma, guardo todo muy bien. Tomo un baño de agua tibia para relajarse, para bajar su excitación.  

***

Yoochun se encontraba en un estado de shock, no podía asimilar el perder a Joongie. Una ambulancia llego, pero era tarde y Park lo sabía. Nadie puede sobrevivir a una serie de disparos, que certeros destrozaron los órganos internos.
La policía llego y ayudo a Park, lo llevaron a él, mientras las autoridades correspondientes se hacían cargo del cuerpo del fallecido hombre.  

Yoochun declaro todo lo que pudo y lo mejor que sus sentidos aturdidos lo dejaban. Al llegar a casa, se sintió vacío, sus lágrimas calientes bajaron por sus mejillas, sin oponer resistencia… camino perdido dentro del que fuera la casa de ambos.

El aire aun conservaba el perfume de Kim, los sollozos y gritos desgarradores brotaban de su garganta. Se dejo caer en medio de la estancia. A oscuras, sin querer beber y comer algo, pasaron varios días.

Tuvo que regresar al trabajo, tenía que superarlo. Su corazón aún dolía, y su mente reproducía esas últimas imágenes de esos ojos grandes y expresivos. De ese rostro que aun en su último respiro no dejo de amarlo.

El tiempo paso, y Yoochun cambio su ritmo de vida, todos los días iba a tomar a cualquier bar, después del trabajo, se ahogaba en alcohol. Mientras Junsu lo observaba desde un lugar más cerca de lo que antes. Junsu tenía paciencia, tenía demasiada, para esperar el momento perfecto para poder llegar y actuar frente a Yoochun.

Ya había pasado cerca de siete meses desde lo sucedido. Yoochun se notaba desmejorado físicamente. Conservaba su trabajo gracias a que su jefe, era su amigo.  Todo cambio para Yoochun, ese viernes último del mes de agosto.  

Había terminado en el bar llamado “KNOX” que se convirtió en el que visitara frecuentemente, ese viernes pintaba para ser como todos los otros transcurridos. Pero no fue así, la razón fue sencilla… Park conoció a un chico de hermosos cabellos castaños. Sonrió como en esos casi medio año no había hecho.  Su corazón comenzó a latir, poso su mano sobre su pecho… 

“Vaya, aun tengo corazón, aún vivo!”. El joven castaño, ocupo el lugar siguiente a él, en la barra. Y la respiración de Park, se volvió acelerada y entrecortada. Volteo y correspondió a la glacial sonrisa que le regalo el lindo chico. “Hola” pronuncio el pelinegro sin saber el porqué.
“Hola, que tal tu día?” Respondió el chico. Con una sonrisa en el rostro. “Bien… demasiado trabajo, el tuyo?” La charla fluyo entre ambos. Las copas iban y venían. Hubo un intercambio de risas y miradas… “Y cuál es tu nombre?” había preguntado el chico curioso.  Que para sus adentros contesto –Park Yoochun- él lo sabía todo del pelinegro.  “Park, Park Yoochun, cual es el tuyo?” “Kim Junsu, es un placer conocerte, Yoochun-ah”  estrecharon sus manos. Y una corriente electrizante recorrió a ambos cuerpos. Intercambiaron números y quedaron de verse al día siguiente.

Camino a casa, Yoochun meditaba sobre todas y cada una de las sensaciones que albergo su cuerpo desde que lo vio entrando al bar, Junsu, era todo lo que rondaba por los pensamientos del pelinegro.

Mientras tanto, Junsu miraba a Park entrando a su departamento, antes de arrancar y dirigirse al propio. La sonrisa que estaba plasmada en su rostro no se le borraría fácilmente. Y el brillo que llenaba a sus lindos ojos, simplemente era algo sensacional.  Agradecía eternamente el todavía estar estudiando y en lo que Yoochun trabajaba, él asistía a clases… todo parecía estar hecho para ellos.

Llego a su pequeño departamento, prendió unas cuantas luces y fue directamente a la cocina para comer algo, luego fue a su habitación y trato de imaginarse un futuro con él, con su Yoochun.
El haber esperado tuvo su recompensa, pensó. O al menos eso parecía.

El día llego bello, perfecto para salir. Yoochun despertó con renovada energía. Se despertó con una sonrisa en los labios. Y de un humor bastante bueno. Se ducho, desayuno y espero un poco para llamar a Junsu. Pero le sorprendió que fue el chico, el quien mando primero un mensaje. Respondió rápidamente, ansioso por una respuesta.  
Su celular sonó casi al instante. La respuesta era clara… “Nos vemos en una hora, donde tú quieras ;D”

Puso lugar  y se levanto para cambiarse, entro a su recamara y no sabía que ponerse, formal o algo más cómodo?  Nunca se había sentido así… nunca se había preocupado por cómo se veía.
Cuando llego al lugar acordado, faltaban 10 minutos para que fuera la hora. Se sentó y espero por Junsu. Miraba alrededor con una ansiedad mal disimulada.

******

Junsu llego y sonrió con autentica felicidad cuando lo vio sentado, esperando por él. Se aliso la camisa, que no necesitaba arreglar, se arreglo el pelo un poco y camino con paso seguro hacia ese chico hermoso.  No sabía que planeaba el pelinegro para ellos, pero… Kim si sabía el futuro que ambos debían tener y de una u otra forma lograría llevarlo a cabo.  

“Hey Yoochun-ssi, tienes mucho esperando?” pregunto al llegar.
“Oh, Hola Junsu-ah, acabo de llegar…” dejo la frase inconclusa, al mirar esas mejillas coloreadas de un tierno rosa.
“Q-que miras tanto? Tengo una mancha? Donde?” comenzó a limpiar su rostro, fingiendo no saber el porqué le mira. 
“N-no tienes nada, solo observaba lo lindo que eres” dijo avergonzado, por verse descubierto.
Las mejillas de Junsu volvieron a colorearse, ahora de un tono más intenso “Oh, haces que me avergüence”  el castaño se sorprendió de sí mismo de lograr esa inocencia que llegaba a ser maquiavélica. El pelinegro sonrió con coquetería.

El tiempo paso volando para ellos, disfrutaron de la compañía del otro, de una comida deliciosa  y un postre exquisito. Park irradiaba felicidad… la desbordaba por cada  poro de su cuerpo.  Junsu, flotaba en una nube, no cabía de placidez.

Las salidas y las llamadas incrementaron su frecuencia. La amistad creció; y no solo eso, algo más fuerte, una atracción inevitable. O eso pensaba Park, pues para Junsu ese sentimiento ya existía desde mucho antes.  Kim sabia que estaban destinados a estar juntos, desde el primer instante que lo vio. Que observo esos ojos oscuros y cálidos, esa sonrisa con galantería y a su vez tierna y única. Desde ese día supo que no importaba como, pero estarían juntos.

Y aquel día, de octubre… en que Park declarara sus sentimientos hacia el castaño. Ese día, Junsu derramo lágrimas, lágrimas de felicidad y de victoria, él había cumplido su objetivo.
Una declaración  concreta, sin mucho rodeo fue lo que Park hizo para el menor.
Con rosas esparcidos por aquel jardín, palabras dulces y el “Sí, sí quiero ser tu novio, Yoochunnie” por parte del castaño; fueron suficiente para hacer vibrar el corazón del pelinegro.
Todo parecía normal… las citas, las comidas en el departamento del otro, las cenas, todo… pero Park no sabía que no fue precisamente una casualidad que se conocieran.


Meses después…

Junsu iba dos veces por mes al sepulcro de Kim JaeJoong, llevaba flores recién cortadas, le pedía disculpas… lloraba su muerte, pues sentía culpa… una cruel sensación que no lo dejaba descansar  por las noches. 

Tenía pesadillas en las cuales Yoochun descubría toda la verdad. Park desengañaba todo y lo dejaba, declaraba que lo odiaba por haber hecho tal cosa, que no lo amaba que él estaba obsesionado y necesitaba ayuda médica.

Tal era su pesar, que un día que el pelinegro se encontraba en el trabajo. Quito de su departamento todas las pruebas de su espantoso acto. Quemo fotografías, cartas, recibos y la pistola la vendió. 
El ir a visitar el sepulcro, deshacerse de todas esas cosas calmo un poco su malestar. Estaba feliz con Yoochun, sin embargo, la angustia lo perseguía.

 ******

Yoochun fue a visitar aquel fúnebre lugar, al cual nunca le gusto visitar. Llevaba flores y pensaba en contarle las noticias más recientes a quien fue su primer gran amor.
Noto que tenía flores frescas, pero no le dio mayor importancia. Puso las que él llevaba. Y comenzó con su discurso, algunas lágrimas brotaron de sus profundos ojos. No tenía ya un gran agujero en su pecho. Ya no sufría al recordarlo. Lo seguía amando de una manera especial.

De su mano resbalo su teléfono y cayó al suelo. Al recogerlo noto que estaba una cadena ahí.  La tomo también y observo que era de Junsu… “Cómo… no  hay explicaciones lógicas para esto”
Se despidió de JaeJoong y fue directo a preguntar al guardia sobre las visitas hechas a éste.
Averiguo que un joven de cabellos castaños iba dos veces al mes. Según las señas que dio el guardia no era ninguno de sus amigos. No podría ser más que Junsu… pero porque, se cuestionaba mentalmente Park.

Salió rumbo a su departamento, aun rondaban en sus pensamientos las posibles hipótesis del por qué. Sin embargo, despejo su mente para no sufrir un accidente. 
Tuvo que actuar con naturalidad frente a Junsu. Tuvo que fingir que no sabía nada. Sus investigaciones dieron pie a que descubriera aquel acto atroz que Junsu cometiera casi ya dos años atrás. Investigo todo el pasado de Kim, hablo con amigos, familiares y todo conocido.

Varios de ellos le contaron que tenía ciertas fijaciones con una persona, sin embargo nunca dijo mucho sobre ella. Era obsesivo, necesitaba ayuda médica. Pero Park no podía, no sabía cómo hacerle frente a una situación tan complicada.  No tenía otra opción que darle la atención que necesitaba. Con el dolor de su corazón, acepto tales actos.

Park interno a Junsu en un sanatorio mental, bajo un estricto control médico, Yoochun se hizo responsable de todos los gastos que genere, pues a pesar de lo sucedido quiere a Junsu y no sería capaz de dejarlo a la deriva. Ni tampoco tuvo el valor para denunciarlo a la policía. Porque a fin de cuentas estaba enamorado de ése que era como un chiquillo.


Nunca espero que esto le pasara, nunca creyó que alguien tan inocente fuera capaz de algo tan atroz como el asesinar a alguien, por conseguir el “amor” de otra persona. 


Fin.

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